La ciencia avanza a paso gigantesco y en muchos aspectos de nuestra vida que nos sorprenderán. Investigadores de Carolina del Norte trabajan en la creación de un abeto de navidad modificado genéticamente para mejorar sus características.
La temporada navideña trae consigo la magia de la tradición, pero también abre paso a nuevos cambios. En los últimos tiempos, hemos observado cómo los árboles de Navidad artificiales ganan terreno por su practicidad y durabilidad, relegando a un segundo plano la belleza de los abetos naturales. Sin embargo, todavía hay quienes se aferran al encanto de lo auténtico.
En este sentido, la ciencia y la investigación genética están desempeñando un papel fundamental en la transformación de nuestros queridos árboles navideños. Si bien los abetos reales ofrecen una experiencia única, también presentan desafíos, como su degradación con el tiempo y la incómoda caída de agujas.
En la Universidad Estatal de Carolina del Norte, el Programa de Genética de Árboles de Navidad ha estado revolucionando esta historia. Desde finales de los años 90, se han dedicado a desarrollar abetos más resistentes, frondosos y de rápido crecimiento, creando lo que se denomina como árboles de Navidad "de élite".
Potenciando estas tres cualidades, los abetos Fraser empleados en la temporada navideña logran su altura comercial en un plazo de 6 a 7 años, reduciendo considerablemente el tiempo estándar de 8 años. La estética también es primordial en este programa, produciendo abetos Fraser especialmente frondosos, ideales para ser decorados con una amplia variedad de ornamentos festivos.
Pero el cambio más destacado radica en la resistencia de estos abetos genéticamente mejorados. Según el CNR, estos árboles apenas pierden entre un 1 o un 2 % de sus agujas, incluso en condiciones donde no se alcanzan las temperaturas más frías. Esta resistencia prolonga la frescura y la exuberancia de los árboles, hasta el punto de sugerir que quizás ni siquiera sea necesario utilizar una aspiradora para eliminar las pocas agujas que caen.
Justin Whitehill, líder del Programa, explica que su objetivo va más allá de lo estético. Buscan crear árboles naturales que no solo sean hermosos, sino también prácticos, con la intención de seducir a los amantes de los árboles artificiales a redescubrir la autenticidad.
“Así que espero que para 2036 los árboles de Navidad desarrollados en nuestro programa estén a disposición de los consumidores”, afirma Whitehill.
En este escenario, la innovación genética no solo está cambiando la forma en que vemos los árboles navideños, sino que también está redefiniendo nuestras tradiciones más arraigadas. Es un paso hacia adelante en la celebración de la temporada festiva, fusionando la autenticidad con el avance tecnológico.
Escrito por Irene Rodríguez
Comments